Confusión mental en la Tercera edad...

Arnaldo Lichtenstein (46), médico, es clínico-general del Hospital de las Clínicas y profesor colaborador del Departamento de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP).
  El Dr Lichtenstein, nos cuenta:
Siempre que doy clases de clínica médica a estudiantes del cuarto año de Medicina, hago la siguiente pregunta:

- Cuáles son las causas que generan confusión mental en el abuelo o la abuela?
- Algunos arriesgan: "Tumor en la cabeza"
- Yo digo: "No"
- Otros apuestan: "Síntomas iniciales de Alzheimer"
- Respondo, nuevamente: "No"
A cada negativa la concurrencia se espanta... Y queda aún más boquiabierta cuando enumero las tres causas responsables más comunes:

· diabetes descontrolado;

· infección urinaria;

· dejar solos a los ancianos en casa.   

Parece broma, pero no lo es. La causa principal es que los ancianos dejan de tomar líquidos porque pierden la sensación de sed.
Cuando no hay nadie en casa para recordarles tomar líquidos, se deshidratan con rapidez. La deshidratación es grave y afecta a todo el organismo. Puede causar confusión mental abrupta, caída de presión arterial, aumento de las palpitaciones cardíacas, angina (dolor en el pecho), coma y hasta muerte.    
Insisto - dice el Dr Lichtenstein -  no es broma.
En el mejor de los casos este olvido de tomar líquidos comienza a los 60 años de edad, cuando  tenemos poco más del 50% de agua que deberíamos tener en el cuerpo. Esto forma parte del proceso natural de envejecimiento. Por lo tanto, los ancianos tienen una menor reserva hídrica.
Pero hay más complicaciones: aún deshidratados, ellos no sienten ganas de tomar agua, pues sus mecanismos de equilibrio interno no funcionan muy bien.
Conclusión: Los ancianos se deshidratan fácilmente no sólo porque poseen una reserva hídrica más pequeña, sino también porque no sienten la falta de agua en su cuerpo. Aunque el anciano se vea saludable, la ausencia de líquidos altera el desempeño de las reacciones químicas y funciones de todo su organismo.
Por eso, aquí van dos alertas:

  1. El primero es para los abuelos y abuelas: hagan voluntario el hábito de beber líquidos. Por líquido entiéndase el agua, jugos, tés, agua de coco, leche, sopas, gelatina y frutas ricas en agua, como sandía, melón, melocotones, piña, la naranja y mandarina, también funcionan. Lo importante es, cada dos horas, tomar algún líquido. Acuérdense de eso.
  2. Mi segunda alerta es para los familiares: ofrezcan constantemente líquidos a los ancianos. A la vez, sean atentos con ellos. Al percibir que están rechazando líquidos y, de un día para el otro, están confusos, irritados, les faltara el aire, muestran falta de atención, lo más probable es que sean síntomas recurrentes de deshidratación.

Para tener en cuenta y relacionar: Agua, infartos, confusión y calambres

La deshidratación afecta todo el organismo y puede causar confusión mental abrupta, caída de presión arterial, aumento de las palpitaciones cardíacas, angina (dolor en el pecho), coma y hasta la muerte
Algunos ancianos se niegan a beber agua antes de dormir, aduciendo que si lo hacen deberán levantarse al baño durante la noche.
Y es muy cierto porque la fuerza de gravedad mantiene agua en la parte inferior del cuerpo cuando uno está parado; de ahí que las piernas se hinchen más en esa posición. Pero estando acostado, esa zona queda al mismo nivel que los riñones, por lo cual  necesitan sacar el agua acumulada con más frecuencia. Sin embargo, los cardiólogos afirman que ese, es el mejor momento para tomar agua; porque se maximiza su efectividad y el cuerpo saca más toxinas.
Recomiendan también, beber dos vasos de agua al levantarse, para activar los órganos internos; uno, media hora antes de cada comida, para ayudar a la digestión; y uno, antes de bañarse porque reduce la presión sanguínea.
Insisten en no dejar pasar ningún día sin beber un vaso de agua antes de acostarse. Así se evitarán  infartos y derrames cerebrales además de prevenir los calambres nocturnos de muslos y pantorrillas.

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