UNFPA, 2017. El documento describe la situación y el progreso en ocho países de América Latina sobre el envejecimiento y los derechos de las personas mayores, utilizando como marco de referencia el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre Envejecimiento (2002) y la Carta de San José (2012). El documento describe la información en tres ejes: (1) desarrollo social y seguridad económica en las personas mayores. (2) salud y bienestar, y (3) entornos favorables y propicios para la vejez. En el tema de desarrollo social y seguridad económica se aborda como un elemento fundamental para garantizar la calidad de vida de las personas mayores y se describen las diversas fuentes de ingreso en la vejez entre los países que brindaron información como sobre trabajo en la vejez, los ahorros acumulados, el sistema de seguridad social y pensiones, las transferencias familiares y las jubilaciones no contributivas. Ver documento.
Hogar de Ancianas Juan y Agustina Guereño
Un lugar digno donde cuidamos cada dìa el precioso don de Dios: la vida!
¿Cómo ayudar a nuestros padres ancianos?
“Cuando mis padres envejezcan”, obra de Annie y Claude Beauducel, trata el tema delicado del acompañamiento de los padres cuando ya son ancianos, apoyándose en la experiencia personal de los autores, en testimonios contundentes y en la Palabra de Dios.
Llega un momento en que nos vemos impotentes o desvalidos ante el envejecimiento de nuestros padres, y quizás indecisos o incapacitados en cuanto a las medidas más apropiadas para su bienestar. Esta pequeña guía práctica y espiritual tiene el propósito de ayudar a esta generación a atravesar este delicado periodo, orientarla en el discernimiento de la mejor decisión según cada situación particular.
Una pareja de autores motivados por una gran fe cristiana y por la generosidad
El desasosiego ligado al envejecimiento de los padresDe la necesidad de discernir
“Los ancianos siguen siendo personas”
De la necesidad de perdonar
Una invitación a abandonarse en las manos del Señor
Annie y Claude Beauducel son miembros de la Comunidad de Emmanuel desde 1977 y a menudo han sido invitados a ofrecer su testimonio sobre el acompañamiento y cuidado de sus padres en su ancianidad.
Destacan los 13 años en los que han acogido en su propia casa a la madre de Claude Beauducel, una “convivencia a veces difícil que nos ha dado la ocasión de reflexionar sobre las relaciones intergeneracionales en el seno de nuestras familias”, escriben los autores.
Este libro alude desde el principio a la angustia relacionada con el envejecimiento de los padres. Los hijos ven, más o menos progresivamente, que sus referentes se tambalean, su seguridad afectiva se desmorona y su tranquilidad de espíritu se escapa, tanto más en casos de distanciamiento geográfico.
Además, el envejecimiento de sus padres les recuerda su propia finitud, una idea que puede causar temor.
El libro Quand mes parents vieillissent [Cuando mis padres envejezcan] plantea numerosas preguntas con el fin de ayudar al discernimiento y a la toma de decisiones, con vistas al bienestar de los padres ancianos, pero también para el de los hijos.
Decidir soluciones entre mantenerlos en casa con un servicio de ayuda personal o en una residencia para personas mayores o en un asilo con asistencia médica… dependiendo de la situación particular de cada uno. ¿Cuáles son las prioridades: la pareja, los hijos, los padres, el trabajo…? ¿Cómo conciliarlas y obtener un equilibrio sano?
El libro habla de la transformación del día a día para respetar el mandamiento divino de “honrar” a los padres hasta el final, habla de una nueva organización necesaria y del reparto de tareas entre los hermanos.
Así, los autores hacen un llamamiento a la paciencia, al respeto y a la compasión hacia nuestros mayores. Claude Beauducel subraya la convicción íntima que comparten y que sostiene su obra: “Los ancianos siguen siendo personas. Conservan su dignidad como personas, sea como sea la disminución eventual de sus facultades”.
El libro habla de perdón. ¿Cómo conseguir perdonar a nuestro padre o nuestra madre cuando hay heridas, antiguas o recientes, cuando se dan casos de favoritismos quizás más flagrantes a medida que los padres envejecen, en casos de falta de reconocimiento o de ingratitud…?
Annie y Claude Beauducel están convencidos de una cosa: todas estas inquietudes, las conmociones, las dudas, totalmente legítimas todas, pueden atenuarse e incluso desaparecer si vivimos en la oración, en la gracia de los sacramentos de la reconciliación y de la unción de enfermos, en una confianza en Dios y en un abandono entre las manos del Señor, porque Él nos ilumina, si se lo pedimos, sobre las decisiones que tomar y nos ayuda a superar estos desafíos.
El libro contradice a Chateaubriand, a De Gaulle y a nuestras coquetas abuelas: en efecto, ¡la vejez no es un naufragio! Es el cumplimiento de su vocación, el camino hacia el encuentro con el Padre, vivido con tanta más calma si es con la impronta de la solidaridad familiar y la esperanza en Dios.
Claude Beauducel continúa con la metáfora marina destacando: “No es un naufragio, más bien al contrario, es una arribada a puerto”. Depende de nosotros ayudarles a atracar apaciblemente.
Fuente: https://es.aleteia.org/2017/07/23/como-ayudar-a-nuestros-padres-ancianos/
Vidas plenas, más allá de la edad
Estar 'siempre activos' aparece como un imperativo categórico de nuestro tiempo, que va desde los niños híper estimulados hasta los mayores súper ocupados, sin que resulte tan claro su sentido.
La actividad puede ser un direccionador de deseos e intereses personales; un objetivo que permite dotarnos de bienestar psicofísico, o hasta encontrarse tan vacía de contenidos, que se convierta en un “hacer por hacer”, donde el único mérito pareciera residir en sentirse ocupado.
Las propuestas de vida para los adultos mayores cambiaron radicalmente en las últimas décadas. Las imágenes y relatos que ubicaban a la vejez como un momento altamente diferenciado de otras etapas, con pocas actividades, menos contactos y con un ícono emblemático, el del anciano calmo y sentado en la mecedora, parecen antiguos y desactualizados. Las representaciones sobre la edad, como de género, dejaron de ser evidentes y mucho menos exigibles. En este cruce de representaciones novedosas encontramos una nueva propuesta: el envejecimiento activo.
De las mecedoras pasamos a otro cuadro, altamente representativo de esta época, las piscinas con mujeres mayores sonrientes haciendo acua gym. Imagen que en generaciones anteriores hubiese parecido desubicada o hasta atrevida. Por ello, la pregunta sobre la actividad debería permitirnos reflexionar acerca del sentido de la misma y la oportunidad de elegirla.
La propuesta del envejecimiento activo es, sin duda, la resultante de una serie de cambios históricos que han afectado las trayectorias individuales. La jubilación produce la pérdida de una ocupación obligatoria, de gran extensión temporal y exigencia, frente a la cual realizar actividades y determinar cuántas o cuáles, se convierte en una elección más personal, para la que no siempre estamos preparados. Cuestión que podría desnudar la carencia de proyectos confundida con la falta de actividades.
La actividad puede ser un direccionador de deseos e intereses personales; un objetivo que permite dotarnos de bienestar psicofísico, o hasta encontrarse tan vacía de contenidos, que se convierta en un “hacer por hacer”, donde el único mérito pareciera residir en sentirse ocupado.
Las propuestas de vida para los adultos mayores cambiaron radicalmente en las últimas décadas. Las imágenes y relatos que ubicaban a la vejez como un momento altamente diferenciado de otras etapas, con pocas actividades, menos contactos y con un ícono emblemático, el del anciano calmo y sentado en la mecedora, parecen antiguos y desactualizados. Las representaciones sobre la edad, como de género, dejaron de ser evidentes y mucho menos exigibles. En este cruce de representaciones novedosas encontramos una nueva propuesta: el envejecimiento activo.
De las mecedoras pasamos a otro cuadro, altamente representativo de esta época, las piscinas con mujeres mayores sonrientes haciendo acua gym. Imagen que en generaciones anteriores hubiese parecido desubicada o hasta atrevida. Por ello, la pregunta sobre la actividad debería permitirnos reflexionar acerca del sentido de la misma y la oportunidad de elegirla.
La propuesta del envejecimiento activo es, sin duda, la resultante de una serie de cambios históricos que han afectado las trayectorias individuales. La jubilación produce la pérdida de una ocupación obligatoria, de gran extensión temporal y exigencia, frente a la cual realizar actividades y determinar cuántas o cuáles, se convierte en una elección más personal, para la que no siempre estamos preparados. Cuestión que podría desnudar la carencia de proyectos confundida con la falta de actividades.
Acompañando la fiesta de San Vicente de Paul
El domingo la Parroquia San Vicente de Paúl celebro las fiestas patronales, acompañados de Mons. Sucunza. Se realizo la procesión por las calles del barrio teniendo como horizonte las obras de misericordia.
Hicieron una parada en la puerta de nuestro Hogar, donde estaban las abuelas y hermanas esperando para acompañar y recibir la bendición.
Campaña Dolto
Las abuelas del hogar participaron de la campaña Dolto de este año: Juntar sonrisas para los niños y personas con capacidades diferentes.
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